Alberto Álvarez con la derecha y una vuelta al segundo de la
tarde incomprensible, lo más destacado de la tarde.
Con motivo del 50º Aniversario de la inauguración del “Coso
de la Fuentecilla”, se celebró una corrida de toros. Minutos antes al comienzo
del festejo, la alcaldesa y representantes de la comisión Tauro-Andorra,
descubrieron una placa conmemorativa que se encuentra al lado de la ya colocada
por el 40ºAniversario.
Debido a un problema burocrático, a Alejandro Lalana no le
fue posible tomar la alternativa. En su lugar, entró en el cartel Abel Vals.
Alejandro agradeció el apoyo de amigos, familiares y empresario y tiene como
objetivo convertirse en matador de toros a principio de temporada. Los
matadores le brindaron, a Alejandro, el primer toro de cada uno de sus
lotes.
Dejando a un lado este incidente, vamos con lo puramente
taurino. En los chiqueros aguardaban la hora de su lidia tres toros de Doña
Dolores Aguirre y otros tres de Don Martín Lorca. Respecto a la presentación,
poco que reprochar, a no ser que olvidemos las puntas del primer y último toro,
ambos marcados con el hierro de Dolores Aguirre. En cuanto a la entrada en los
tendidos, poca diferencia respecto a los años anteriores en los que levamos
celebrando la feria de novilladas.
En primer lugar saltó al ruedo un Dolores Aguirre herrado
con el número 1. Con hechuras de embestir, puede que algo pasado de quilos,
pero muy hondo. Como defecto en su presentación, los pitones escobillados o
arreglados. Sánchez Vara que venía de triunfar, dejó claro que si no se encuentra
con una alimaña, no sabe torear, pero tampoco vimos ese torero luchador con un
orientado primero. Su segundo lo echó a perder.
Recibió a este número
1 con una larga cambiada seguida por un saludo capotero a la verónica rematada
por una revolera. A su favor decir que en las verónicas se apreció una mejora
de la técnica. Al igual que durante el resto de la tarde, la tónica
preponderante fue cuidar poco el primer tercio. Aún con ello, pudimos disfrutar
de un puyazo espectacular. El toro con la cara muy baja y metiendo los riñones.
Faltó, al menos, un puyazo más. En los capotes ya empezaba a manifestar que se
estaba orientando. No se lo puso fácil a Sánchez Vara, quien resolvió con
solvencia los dos primeros pares. Una tanda por ayudados y otra por la derecha,
bajonazo más criminal que hemos visto y de premio vuelta al ruedo.
A su segundo, cuarto de la tarde, marcado con el 6, que
portaba el hierro de Martín Lorca, también lo recibió con una larga cambiada.
Cumplió bien en su único encuentro, con el jaco mal colocado. En banderillas,
al igual que durante el resto de la lidia fue un toro reservón, pero al
arrancarse, lo hacía con una nobleza, una alegría y un tranco espectaculares.
Vara se lució en banderillas aunque no se lo puso fácil el toro. Era toro de
triunfo gordo. Toro de llevarlo tapado, ligado, de darle los tiempos y tandas
cortas. Por el contrario, el diestro, abusó del pico de la muleta, se los dio
de uno en uno y no trasmitió. Pero el público con ganas de fiesta, pidió la
oreja y le fue concedida, tras una estocada tendida y trasera. El toro tardó en
caer y se debería de haber escuchado un aviso.
Alberto Álvarez, se llevó el toro de la tarde para el
triunfo. Un colorado número 9 venido desde Constantina. Estuvo bien a la
verónica el aragonés con un dos o tres lances ejemplares. El primer tercio un
desastre, aunque no fue el peor, conque imagínense como estuvo el nivel. En
este caso, el picador, entró para colocarse por el lado contrario y no se
colocó en su sitio, delimitado por dos rayas laterales, además de la segunda
raya. En una sola entrada, 2 puyazos fuertes a un toro muy justo. En la muleta, noble y repetidor, surcando la
arena con el morro. Alberto estuvo bien con la derecha en el comienzo. Tras una
tanda por ayudados por la izquierda muy floja, firmó dos tandas con la derecha
abandonado, en el centro de la plaza y la pata pa’ lante. Tandas con mucha verdad,
de las que llegan al tendido, de las que enamoran. En todo caso, faltó en
ocasiones, algo de acople. Tras un bajonazo, aunque no muy acentuado, se le
concedieron dos orejas. Era de una, pero son de esas segundas orejas que no
molestan. El palco premió con la vuelta al ruedo al toro. Vuelta que nadie
pidió y de las que pocos se percataron, debido a la tardanza de la concesión y
a una vuelta muy rápida, discreta y en el centro del ruedo que más parecía la
recolocación de las mulillas para abandonar el ruedo. Mal por la presidencia.
54 lucía en los costillares el negro de Martín Lorca, quinto
de la tarde. Alberto le dio una larga cambiada y siguió por verónicas. Un
puyazo mal colocado al igual que el caballo. Brindó al público. Nos aburrió con
una faena monótona de dar pases y se le vio desde el principio sin ideas. Todo
ello ante un toro soso. Dos pinchazos, dos descabellos y escuchó un aviso.
Abel Vals estuvo fuera de lugar durante toda la tarde. Es
cierto que se llevó el peor lote, pero no creemos que lo hubiese hecho mucho
mejor con otros toros. El tercero de la tarde, su primero, castaño de capa y
herrado con el número 22, era gigantesco. Comenzó por un saludo capotero por
verónicas. Llegamos a la peor suerte de varas realizada durante la citada
tarde, tres puyazos en una entrada, y para más inri, con el caballo mal
colocado. El toro no era bueno, se quedaba corto en la envestida, carecía de
trasmisión y tenía una salida brusca. Aún con todo, si Abel lo hubiese obligado
más, le hubiese bajado más la mano y lo hubiese ligado, igual no se hubiese
hecho tan aburrida su faena. Abusó de dar muletazos largos y muy abiertos, sin
acoplarse en ningún momento. Desplante para enloquecer a los allí presentes, al
igual que ya hiciera Vara, quienes estaban más pendientes del solo de ”En Er
Mundo” protagonizado por un trompetista andorrano que en su faena. La gente
aplaudía al músico que no al torero, pero este se venía arriba pensando que lo
que hacía era del agrado del respetable, y este, en normas generales ni se
enteró de lo que hizo. Le fue concedida una oreja que vio oportuna regalar la
presidencia ya que la petición no fue mayoritaria, aunque tampoco fue pitada,
simplemente aceptada con resignación.
En su segundo, el último de esa tarde, saltó al ruedo otro
toro de Dolores Aguirre, el más “estropeado” de pitones. Toro que protagonizó
una salida electrizante, con el rabo levantado. Fue con poder al peto una sola
vez, hubiese gustado verlo dos veces. Después del encuentro con el varilarguero,
fue a menos, aunque tampoco hizo gran cosa Abel, además de alargar hacia afuera
el muletazo. Pinchazo y media estocada.
Tarde de matices, en la que reinó el triunfalismo, las
declaraciones poco acertadas de Sánchez Vara sobre la falta de sensibilidad del
palco en su primer toro, se nota que está acostumbrado a que se lo regalen
todo. Y en todo caso, podría haber recriminado a la presidencia la excesiva benevolencia y falta de rigor, así como falta
de atención a la hora de cambiar los tercios y dar los avisos.
Así se conmemoró el 50ºAniversario de nuestro coso. La gente
del pueblo, en reglas generales, salió contenta, pero nosotros no. Poniendo
todo el empeño, las cosas pueden salir mal, pero si no se hacen bien desde el
principio y no se cuenta con todas las opiniones, es difícil. Esperemos volver
al año próximo con una feria de novilladas a la altura de nuestra plaza y
devolverle el esplendor que se merece. También deseamos no sufrir el bloqueo
institucional y que nos sean concedidas las subvenciones pertinentes. Por
último, desear que presenten pliegos, empresarios verdaderamente comprometidos.
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