jueves, 30 de abril de 2020

Maxime Solera en solitario. Andorra (Teruel). Novillada concurso (II)


…Tras pasar a la enfermería después de la paliza del novillo anterior, a Solera le salió la vena torera. Rodillas en tierra, se fue a recibir a su novillo de Aurelio Hernando a porta gayola. De nuevo un susto terrible ya que el novillo hizo presa y se quedó encelado con él durante unos segundos que se hicieron eternos. Aun con todo, el francés se levantó y lanceó al novillo de capa con mucho gusto. Enrabietado y a más. El novillo de Aurelio era cortito de pitones y guapo. Se dejó torear de capa y fue al caballo en 3 ocasiones. Acudió con alegría al jaco pero salió suelto en todas las entradas. En la muleta se dejó torear. Noble y repetidor. Maxime estuvo a gusto delante del novillo. Largo trasteo rematado con circulares invertidos. El premio estaba en la espada y él lo sabía. Se perfiló para matar, y como ya hiciese en Ceret, lanzó la muleta al piso y se tiró a matar sin muleta, a pecho descubierto. A matar o morir. La espada cayó trasera y él dio una espectacular voltereta sin consecuencias. El novillo tardó en caer pero la espera no impidió que fuera desorejado. Puerta grande para Solera y palmas para el novillo.















En quinto lugar y tras varios años de ausencia regresaba a Andorra la ganadería Los Maños. Triunfadora en solitario de las 8 ediciones de la ya extinta “Feria de Novilladas Picadas de Andorra”. Ahí es nada. Precioso el cárdeno de los Marcuello. Estrecho de sienes, rematado, largo y con esa expresión de Santa Coloma que tanto nos gusta a los enamorados de este encaste. De salida, se estrelló en dos ocasiones contra el burladero debido a un peón que le mostraba la punta del capote. Cruel el primer golpe, de sentencia el segundo. Un crujido retumbó en la plaza y con ello se rompía una ilusión. El novillo fue un quiero y no puedo. Entró al caballo en dos ocasiones y quiso empujar por abajo. En la muleta se recuperó un poco y embistió con una calidad extraordinaria por ambos pitones. Labró el coso andorrano con el hocico. Maxime dibujó los mejores muletazos de la tarde. Templado y con gusto. Que también sabe. Hizo callar a la banda de música para torear al natural. Estocada trasera y palmas para ambos.














El de la jota lucía el hierro de Colomer Hermanos. Joven ganadería turolense que debutaba en novilladas picadas en esta ocasión. Para la cita, un precioso novillo colorado. Bajito y rematado. Con pitones. En varas acudió hasta en tres ocasiones con alegría pero salía suelto al sentir el hierro. Mala lidia por parte de los subalternos. El novillo se orientó por el derecho pero en cambio embistió con cierta calidad por el izquierdo. Maxime no lo vio claro y decidió abreviar. La puerta grande ya estaba abierta. Último sainete con la espada de la tarde.










Y así concluía una gesta que quedará siempre en la memoria del torero y de nuestra plaza. Las cosas no terminaron de romper pero la materia prima no se pudo cuidar mejor. El balance fue de tres orejas y el premio al mejor novillo quedó desierto. Y es que, a veces, por mucho que se cuide todo y se ponga el máximo empeño, las cosas no suceden como uno sueña.

martes, 21 de abril de 2020

Maxime Solera en solitario. Andorra (Teruel). Novillada concurso (I)


Con los dos últimos “Trofeo Labrador y Minero” y la puerta grande de Ceret abierta de par en par en su esportón se presentaba Maxime Solera en Andorra. Y con una lesión en su mano izquierda.  II Novillada picada concurso que se celebraba en el coso de La Fuentecilla. Engalanada para la causa y preciosa, como siempre. La comisión Taurina TauroAndorra pintó en los burladeros los hierros de las ganaderías que iban a lidiarse. Bonito detalle.

Maxime se encerraba en Andorra con seis utreros de distintas ganaderías y encastes. El triunfo estaba en la apuesta. A ver cuantos pueden decir lo mismo.

A las 12:00 se realizó como de costumbre el desembarque y enchiqueramiento público de las reses a lidiar. Todo sucedió de manera correcta y no hubo que lamentar ninguna baja. El orden de lidia, al ser una novillada concurso, se definía por la antigüedad de las ganaderías. La comisión, antes de proceder a desembarcar anunció los distintos premios que se otorgaban y recalcó que había que lucir a los animales en varas y ponerlos un mínimo de tres veces para entrar en concurso.

A las 17:00 rompió el paseíllo en Andorra. Ovación de gala para Maxime Solera. La gesta lo merecía. En los tendidos aficionados de todas las partes de nuestra España taurina y de Francia, cómo no. Algo más de media entrada y sol en los tendidos.


Abrió plaza un novillo de Marqués de Albaserrada. Paletón y suelto de carnes. Lo recibió Solera de capa con gusto. Acudió en tres ocasiones al caballo sin empujar y saliendo suelto. En la muleta, novillo noble pero sin fuerza alguna. Ni calidad. Un pan sin sal. Maxime se atragantó con la espada.












El segundo fue un precioso novillo de Dolores Aguirre, Con cuajo de toro. Acapachado, largo, musculado… Entró en la novillada tras lastimarse en el campo el reseñado. Lo toreó bien de capa Maxime y el novillo humilló y metió bien la cara. En varas empujó de bravo en un primer puyazo eterno. En el segundo, se dejó pegar. Lastimado de los cuartos traseros embistió de dulce y con emoción en la muleta del francés. Manseó en este último tercio. La casta le ayudó a aguantar un largo y por momentos templado trasteo del francés que volvió a fallar a espadas. Bonita estampa nos dejó el novillo que murió con la boca cerrada, tragándose la muerte. Oreja y palmas para el utrero.

















Flor de Jara volvía a la localidad turolense tras alzarse con el premio al mejor novillo del año anterior. Una máquina de embestir y bravo en varas. “Prisionero”, aún en el recuerdo… Para esta ocasión se reseñó un novillo con menos cara y algo montado. Bien comido. No se pareció en nada a su hermano. Se dejó torear de capa, no sin antes provocarle un susto tremendo a Maxime, que lo recibió rodillas en tierra y el novillo se le fue al pecho. Gracias a Dios, lo dicho, un susto. En varas acudió con alegría a la jurisdicción pero allí no peleó. Se dejó en el primer puyazo para después salir suelto en los dos siguientes. De sobresaliente sí estuvo el varilarguero Antonio Peralta, a la postre nombrado mejor picador de la tarde. Un oasis en el desierto ver picar así. Enhorabuena. En la muleta, con la cara por las nubes y saliendo a su aire. Maxime Solera estuvo firme y alargó en demasía una faena que no iba a tener premio. Otro calvario con la espada.