domingo, 18 de octubre de 2015

Valor de Rafaelillo y insípido encierro de Adolofo

El viernes cinco y con una gran expectación, rompió el paseillo con algo más de media entrada aproximadamente. Corrida de Adolfo Martín. Basta ya de la escusa de que el Albaserrada no se remata y no le hacen falta más kilos. Por nosotros como si quitan todas las tablillas en las plazas de toros. Ahora eso si, dejémonos de tanta escusa barata, un toro tiene que estar rematado y exceptuando el sexto que estaba más cuajado, al resto les faltaba cuarenta kilos a cada uno. Dejando a un lado este matiz, corrida con caras generosas e imponentes, exceptuando al quinto de nombre lagartero y playero de encornadura.

Rafaelillo saludó al que abrió plaza con dos vistosas largas cambiadas. De nombre "Sevillano" número 29. Toro falto de fuerzas desde el principio. Decir a favor del animal que con un punto más de poder, hubiese sido un animal con posibilidades ya que era bobalicón. El murciano toreó con gusto de capa por verónicas a pies juntos. Dos puyazos medidos recibió este primero. Brindó al público que venía con ganas de ver toros de verdad y toreros capaces y con poderío. El animal se intentó rajar de primeras tras el primer muletazo. Comienza el trasteo por abajo. Falto de fijeza, un toro que no busca dar problemas. Tras ver el ventanal que le dejó el diestro en un pase de pecho, le propinó una fea voltereta. Siguió la faena sin su chaquetilla tabaco y oro. Aunó arrojos y se lo llevó a los medios. La plaza se volcó con Rafael. El toro seguía quedandose corto, debido a esa falta de celo y fuerza. Faena corta pero intensa. Una media tras dos pinchazos le sirvieron para recoger una calurosa ovación.
El cuarto de nombre "Madroño" y herrado con el 86, estuvo entre los mejores presentados. Clavó de nuevo las rodillas en el suelo y le dio una larga cambiada, seguida por verónicas. Toro mal picado que acudió en tres ocasiones con la cara alta. Embestida más clara por el pitón izquierdo y al probar por el derecho llegó lo inevitable. La segunda cogida, esta mucho más fea, le ocasiona fractura de una costilla, una cornada y múltiples traumatismos. Llegados a este punto y con los tendidos rendidos a sus pies, comenzó una faena intensa culminada con media estocada, suficiente para pasaportar a este toro. El palco le concedió una oreja de peso. 

El aragonés Ricardo Torres firmó los mejores muletazos ante un exigente segundo, herrado con el 3 y de nombre "Vanidoso", cumplió en los dos puyazos. Salió al quite Paulita. Brindo al respetable. No ligó la faena pero como ya hemos apuntado, se la jugaba a una carta y dejó fe de ello. Le faltó acople, pero bueno, eso les ha faltado a todos o casi todos en esta feria de El Pilar 2015. Tras pinchar dos veces, estocada. Fue reconfortado con palmas.
El quinto fue un astado que cumplió en el caballo pero cabeceando en demasía. De las tres veces que fue al encuentro con el varilarguero, el segundo fue el mejor. El toro era de los que cogen, con ideas, pidiendo los papeles a una cuadrilla justa de recursos. Toro con el que había que cruzarse y llevarlo muy tapado. Torres no podía permitirle pensar ni un segundo siquiera. A final de faena se intentó rajar. Estoconazo y ovación. En cuanto al toro se refiere, división de opiniones. Cierto es que fue una alimaña en la muleta, pero le faltó poder en el caballo.

Antonio Gaspar "Paulita", nos deleitó con su punto fuerte que como todos sabemos es el toreo de capa. Acudió en dos ocasiones al caballo, siendo bien medido por el picador. Tras una gran labor con los palos, Miguel Ventosa "Venturita", arranco una fuerte ovación a los tendidos. Toro que si bien es cierto, llevaba el hocico por la arena, no fue franco en su embestida. En cualquier caso, no permitía plantear la faena del aragonés. Lo mejor de la faena, la estocada, aunque no consiguió acabar con la vida del cornúpeta y finalmente tiró de verduguillo. Escuchó palmas.
En el de la jota, de nombre "Lagartero" como su predecesor y marcado con el 11, nos deleitó con espectacular saludo capotero. El mejor presentado. Salió suelto del capote. Acudió en dos ocasiones al peto con alegría pero cabeceando demasiado. Leves aplausos para Sangüesa. Un gran par dejó Manolo de los Reyes. El de Alagón, planteó una faena cercana al tercio. Dejó algún muletazo aislado, ahora bien el acople al animal brilló por su ausencia. Con las oquedades que dejó, dar gracias de no presenciar ninguna desgracia. De todos modos, gustó el torero a sus paisanos que fuimos generosos con una ovación tras una estocada tendida y trasera, que no terminó con el último cárdeno, cosa que si consiguió el verduguillo a la segunda. 

En definitiva, un puñado de alimañas, que con mayor poder ante el peto, hubiesen sido un encierro completísimo para el aficionado. Los toreros se vieron en ocasiones desbordados, ante un encierro de estas características, lo cual en caso de los escasos contratos de los aragoneses, es comprensible. 

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