martes, 15 de septiembre de 2015

VIII FERIA DE NOVILLADAS PICADAS DE ANDORRA. DÍA 8.

El día 8 y en honor a las fiestas del patrón San Macario estaban acartelados Jorge Cordones, David White y Ángel Olmo. Pero como viene siendo habitual en esta feria, uno de los novilleros, Jorge Cordones, se ausentó dejando paso al almeriense José Cabrera. Baja un tanto peculiar dado su carácter depresivo. Respecto al ganado, se lidió una bonita novillada del hierro de Antonio Palla. Novillada cómoda, pareja y bien presentada, aunque con una sospechosa cornamenta, la cual tuvo movilidad y nobleza permitiendo así el lucimiento de sus matadores. No fue castigada en exceso en el peto. Lamentar la falta de quites, la cual es imprescindible, así como el fallo a espadas privándonos de ver un triunfo mayor.

Abrió plaza Ángel Olmo, novillero a tener en cuenta, al cual le tocó en suerte uno de los novillos del encierro. Se le dio una vara larga, obligando así a evitar uno de los tres pares de banderillas. El novillero brindó al público y se gustó delante de la cara del animal en varias tandas muy firmes y asentadas. Con torería y toreo del bueno. El fallo a espadas y la frialdad de abrir plaza le privaron del doble trofeo. Vuelta al ruedo para el matador y palmas para el buen primero.
El segundo de su lote fue el más cuajado del encierro que recibió una vara larga y fuerte y plantó cara al varilarguero. El novillo se paró en la muleta y no dio apenas opciones al novillero que volvió a fallar con los aceros. Palmas.


 


David White (El Irlandés) despertó curiosidad en los tendidos debido a su nacionalidad. Le tocó en suerte un primer novillo que pecó de clase pero se vino a más en la muleta. Protagonizó un derribo en la primera de sus dos varas, tanto del picador como del equino. Momentos de tensión en el cual el picador quedó atrapado entre novillo y caballo quedando todo en un susto. Correcta la cuadrilla. Al novillero se le vio verde con un novillo con posibilidades. Le faltó arrojo y técnica, cosa comprensible esta última. Cerró por manoletinas y falló a espadas. Ovación un tanto inmerecida. 
El quinto se fue a tablas de salida. Novillo manso y rajado. Una vara en la cual quedó dormido en el peto. Buena labor de la cuadrilla una vez más. El novillero consiguió arrancarle alguna buena tanda en la que el animal respondió. Descastado el quinto de la tarde. Silencio para ambos.




José Cabrera entró gracias a una sustitución la cual supo aprovechar. Todo fueron ganas y disposición, como debe ser en un novillero que empieza en esto. Recibió a su primero con una larga cambiada y consiguió un bonito saludo capotero. Su picador, que esperemos no volver a ver por aquí, estuvo en todo momento fuera de sitio y masacró al animal corrigiendo una y otra vez y de malas maneras. Aún con todo, el animal no sangró en exceso. El novillero enloqueció al público asistente con un gran tercio de banderillas en el cual sonó la música. Novillo que tuvo transmisión y se desplazó con buen son. Faena con muchas ganas y de valor a la cual le faltó algo de acople. Incio muy torero. Terminó la faena arrodillado con el público muy volcado el cual le premió con una discutible oreja. De haberlo matado podrían haber sido dos. 
Al de la jota lo volvió a recibir con dos largas cambiadas y al querer continuar por verónicas, el novillo se le coló y le propició una fea voltereta recordándonos a lo que días antes le había sucedido a Paquirri en la capital oscense. Guiado por la vergüenza torera volvió a colocar los palos con una gran maña, calentando así a los tendidos. Novillo de noble condición y faena bonita pero venida a menos, posiblemente debida a las magulladuras del susto anterior. Tras pinchar, propició un bajonazo lo cual dejó el premio en una oreja privándole así de abrir la tan ansiada puerta grande.



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